Tips sobre los proyectos que pretenden “modernizar” la ley 43 de 1990

1. De profesional liberal a nueva servidumbre.

Una profesión liberal es una práctica social en la que el profesional aplica su basto conocimiento para solucionar problemas individuales o colectivos. Cuando en los proyectos de la nostalgia se somete al contador a sujetar sus acciones a rigurosas reglas emitidas por terceros como órganos reguladores o tecnoestructura, se le priva de la aplicación de sus conocimientos en la solución de problemas, estos han desaparecido en la norma y el contador es un sujeto sujetado, un instrumento sin conciencia del dominio encarnado en la norma, un sujeto servil. Los proyectos de la nostalgia nos destruyen como profesión liberal.

2. Sepultura de la fe pública.

La fe pública es una presunción legal de verdad, un dispositivo de administración de justicia en relación con conductas individuales u organizacionales para gestionar las relaciones sociales. La administración de justicia se realiza en relación con hechos y en el caso de relaciones económicas, tales hechos se representan y revelan mediante la contabilidad, que adquiere la función forense de medio de prueba judicial. Al despojar a la contabilidad de la potencia de representar hechos y determinarla a representar pronósticos o ilusiones mediante el valor razonable, se elimina su potencial probatorio, el factor esencial de su obligatoriedad en nuestro marco legislativo. Los proyectos de la nostalgia eliminan la fe pública y ponen en riesgo la obligatoriedad de la contabilidad, es decir el trabajo de los contadores.

3. Réquiem por la revisoría fiscal.

La revisoría fiscal es una institución de fiscalización, de vigilancia de las operaciones organizacionales, al sustituir las técnicas de interventoría por estándares de aseguramiento se eliminan las acciones de fiscalizar las operaciones y se establece un procedimiento de evaluación de aplicación de criterios consagrados en las políticas contables para la presentación de reportes financieros de propósito general, se elimina el control que contribuye a frenar la corrupción y más bien se le propicia. Los proyectos de la nostalgia eliminan la revisoría fiscal, aunque apelen al engaño de asignar este nombre a la acción de aseguramiento.

4. Imposición de la psicopolítica y policía del pensamiento.

La psicopolítica es una estrategia de ejercicio de poder para controlar no solo el cuerpo, también la mente de los individuos para que sus acciones estén sujetadas a un interés dominante, por tanto, los actos humanos dejan de instalarse en la voluntad libre y lo hacen en la disposición de la norma, la moral es sustituida por el interés de un agente externo, el individuo es despojado de libertad y ejercicio de la voluntad, está enajenado, alienado. La estructura profesional lo garantiza, el Consejo Técnico reproduce sin modificación las reglas que institucionaliza el gobierno y la Junta Central de Contadores actúa como policía del pensamiento como diría Orwell, acción de vigilancia y castigo para evitar pensamientos o acciones disidentes. Los proyectos de la nostalgia tienen esta intención, deshumanizar al contador para hacerlo un instrumento de reproducción de intereses.

5. De la presunción de inocencia a la criminalización.

El órgano de vigilancia y castigo, la policía del pensamiento, la Junta Central de Contadores pretende ser fortalecida para impedir la impunidad de las acciones de los contadores ya despojados de su profesionalismo, la responsabilización por “delitos” originados en desvíos en la aplicación de políticas organizacionales y para ello se establecen procedimientos especiales para los contadores, por ejemplo extender el período de prescripción de las conductas a cinco años cuando la norma general establece tres años. La ineficiencia del inquisidor se salva con la extensión de la angustia construida en el contador. Esa es otra pretensión de los proyectos de la nostalgia.

6. Quien podrá salvarnos.

La legislación, normas de relación del Estado y el ciudadano, marcha por un sendero diferente, responsabiliza a los contadores por la omisión de reportes y denuncias sobre conductas irregulares de las organizaciones, en verdad delitos económicos organizados o delitos de cuello blanco. El cumplimiento de estas obligaciones por parte de los contadores puede originar riesgos para su seguridad económica, laboral e incluso vital. Los proyectos de la nostalgia omiten cualquier propuesta de protección como denunciante por el profesional, solo porque los estándares que busca imponer desconocen el tema y también la ley.

7. Desplazamiento del bien común al interés público.

La Constitución Política de Colombia prescribe en su artículo 333: “La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común”. Como constructores de información y en especial como fiscalizadores, los contadores públicos deben centrar su trabajo en este valor esencial, entendiendo su sentido como lo que beneficia a todos los individuos que integran la sociedad en aspectos sociales, institucionales, económicos requeridos para su realización.  Los proyectos de la nostalgia no aluden al bien común como valor esencial de la función social de la profesión, reivindica el interés público, concepto que abriga el éxito de los agentes del mercado, que no son toda la comunidad, permutan valores por intereses, una perversión ética.